En 2012...

martes, 8 de enero de 2013
Antes que nada quiero compartir un bello logro con todos ustedes. La nada fina persona que disque mantiene actualizado este pedazo de pasquín virtual se ha superado a si mismo, pues hace un par de días logró lo increíble: 6 irresponsables meses sin aparecerse por aquí ni siquiera para asegurarse que su blog aún existe y de que sus inteligentes y meditados comentarios acerca de lo que sea no se han perdido para siempre en el vació etéreo de interné. Es algo que no hubiera podido lograr sin la eterna compañía de mis viejas amigas la pereza y la desidia. En verdad, muchas gracias.

Tan descarado soy que ni siquiera fui capaz de llevar a ustedes su muy gustada sección 'queremos saber las cosas que este tipo logró completar este año de su lista imaginaria y arbitraria de metas absurdas' antes de que se acabara El Mundo® el año. Y aunque lo más prudente es que lo haga ahora, la verdad es que no recuerdo ninguno de mis propósitos personales para 2012 o si siquiera los hubo. Así que en su lugar haré un pequeño resumen de las cosas menos aburridas que recuerdo que me sucedieron en los últimos meses en mi versión personal de La Vida®.

Muy bien, aquí vamos...

Para ser honestos, el año fue bastante aburrido y monótono gran parte del tiempo (salvo algunas grandes excepciones casi al final). Por primera vez en varios siglos salí de vacaciones a algún lugar que no fuera la casa de mis padres. Fue lindo. Fue la segunda vez en muucho tiempo que visitaba una playa (y la primera en plan vacacional, no escolar).

La segunda mitad del año fue bastante más divertida, aunque al principio fue igualmente gris y patética. Comencé a ir a practicas de campo nuevamente (a 4), lo cual siempre es una experiencia difrutable. En verdad, si tienen oportunidad de dormir sobre un catre en un msimo cuarto con 35 personas, un solo baño comunal y un calor tropical-infernal durante 3 días, haganlo. Aunque lo anterior podría parecer sarcasmo, las cosas que vi, hice y aprendí en esa ocasión hacen que incluso detalles como ese sean solo parte de la experiencia. Algo que debo comentar es que es bastante curioso llegar a tu escuela a las 7 a.m. con un frío glacial, subir al camión, dormir, y despertar repentinamente por que el calor húmedo y sofocante amenaza con evaporar todos los líquidos en tu cuerpo si no te quitas lo 452 sueteres y chamarras que llevas encima.

Hay otra cosa que deben saber. En este viaje descubrí algo perturbador: soy más torpe que una rana. Así es, una rana es más inteligente que yo. De hecho, la rana de la que les hablo es más inteligente que yo y que un amigo mío. Juntos. La historia es esta: un maestro le dice a un grupo de chicos que capturen serpientes, ranas, lagartos y lo que encuentren y les tomen medidas y fotos. Un chico captura un rana y la mete en una bolsa. El chico regresa al campamento y pide ayuda a su amigo para que la rana no escape mientras hace lo que el profesor solicitó. La torpeza en el proceder de los chicos permite a la rana salir de su encierro. Los chicos intentan por todos los medios recapturar a la rana fugitiva; se hacen daño entre ellos y destruyen cosas de valor en el proceso. La rana se pierde en el bosque ante la mirada atónita y confundida de los chicos (los cuales yacen en el piso cubiertos de lodo y enredados en una maraña de ropa, cables, cuerdas y vergüenza).
Piensen en eso la próxima vez que se sientan incompetentes. 2 hombres contra una pequeña rana. Y ganó la rana. Por mucho. De hecho creo que la rana nos tuvo compasión.

Obviando el incidente conocido como TOAD-FROG'D (Tiny Overestimated Animal Defeats Fuckin' Retards with Obvious Grandiose Delusions), debo decir que pequeñas cosas como caminar por la selva en medio de una fresca noche para llegar a lo alto de un montículo de arena para escuchar relatos de tu profesor favorito bajo un impresionante cielo estrellado con luciérnagas al rededor y estrellas fugaces surcando el horizonte te hacen creer que tal vez si fue una gran idea haber nacido. Es el tipo de cosas que te hacen darte cuenta de lo que quieres hacer el resto de tu vida.

El tiempo que no pasabamos en el campo persiguiendo anfibios y bichos estabamos en el laboratorio entregando docenas y docenas de trabajos y tareas, o estudiando para miles de exámenes, o cuidando algún cultivo de plantas para evitar que murieran y que se llevaran con ellas nuestras esperanzas de aprobar esa materia, o clavando un sinfin de insectos del tamaño de una pestaña con un alfiler en una placa de unicel, o pegando un sinfin de plantas sobre una cartulina, o... ese tipo de cosas que se vez en cuando debe hacer uno cuando es universitario. Han de saber que este último semestre fue el más pesado de mi breve y accidentada historia como estudiante de licenciatura. Pesado al grado de enloquecer temporalmente en los últimos días y tener profundos deseos de que todo acabara de una buena vez fuese como fuese, con calificaciones aprobatorias o sin ellas. Pero sobrevivimos. Dicen que lo que no te mata solo se vuelve un gran dolor en tu trasero durante el resto de la historia de El Universo®, y tienen razón. Muchos de mis compañeros aún no superan el gran trauma que significaron estos últimos meses (y dudo que algún día lo hagan).

Por último, les contaré que desde hace unos cuantos meses inició una etapa muy divertida de mi vida que me ha hecho ver la vida de forma ligeramente más optimista, que me ha hecho tragarme muchas cosas que he dicho (y escrito) durante mucho tiempo y que me ha hecho perder toda pizca de credibilidad que pudiera haber tenido. Con un poco de suerte no lo arruinaré en pocos segundos =)

Y eso es todo por el momento. Debo admitir que la idea de escribir una nueva entrada después de tanto tiempo me inspiraba una flojera colosal, pero me doy cuenta que una vez que una vez que inicio, las ideas brotan de mi cabeza y transforman en una cuartilla y cacho lo que originalmente pretendían ser unos cuantos renglones.

Tengan un lindo año gentecilla. Tal vez si dejo de jugar juegos de marvel para facefuck durante un rato pueda regresar pronto y escribir más bazofia para todos ustedes. Cuidensen.

-El Mundo, La Vida, El Universo y demás marcas asociadas son propiedad de The Walt Disney Company y se usan sin el más mínimo permiso de nadie, por lo que le suplicamos discreción al lector si no quiere que Mickey Mouse envíe a sus abogados ninja cyborgs alien del futuro a patear el trasero de su servitoalla.-