Y... ¡estamos de regreso en su blog octomestral de confianza! Si es la primera vez que nos leen, les doy la bienvenida (y si es la última, no los culpo). Quisiera poder decir que he tenido buenas razones para ausentarme durante tanto tiempo, pero me da la impresión de que mi credibilidad como autor rivaliza con la de Iglesia Católica®, así que rescataré la poca dignidad que me queda, dejaré de inventar excusas y solo pediré disculpas.
... aunque si tenía una razón (creo).
La verdad es que el auténtico culpable de mi casi total ausencia en el mundo de los blogs fue google. Cuando g-reader murió, una parte de mi murió. El sol dejó de brillar como antes y la divertida experiencia de recibir las actualizaciones de tus feeds favoritos directamente en tu escritorio gracias a liferea se fue al demonio. La vida™ siempre había funcionado así, por eso no se me puede culpar por no tener la capacidad de buscar y leer por mí mismo las actualizaciones de mis blogs sin que un programa me los arroje en la cara cada mañana. Ustedes me entienden, ¿verdad?
So, what's up, doc? Siempre que pretendo escribir una nueva entrada para ustedes, el respetable, me enfrento al mismo problema. Hasta donde mi cerebro alcanza a recordar, no hay una sola anécdota dentro de él con la que se pueda llenar una entrada decente de blog. Así que, como siempre, solo arrojaré al teclado lo primero que me venga a la mente y después veremos que sale. -Advertencia 1: sí usted está leyendo esto y este resulta ser el final de esta entrada, sabrá que el plan no funcionó. Fue un gusto intentar escribir para ustedes = )
Para ser rigurosos, el título del esta entrada es una mentira. No hablo de lo de la venganza; eso sí es verdad. Hablo del resfriado. Estuve enfermo hasta apenas la semana pasada. Fue la primera vez que me pasó desde hace como un año, antes de toodo ese año en el que la pasé enfermo. Pero astedes dispensarán.
Creo que hablaré de conciertos. Sí, ¿por qué no? Fui a ver a Black Sabbath y a Megadeth. Mejor dicho, a Black Sabbath y a medio Megadeth. -Advertencia 2: antes que nada, debo decir que nada de lo que estoy a punto de relatar (y en general, nada de todo lo que ocurrirá durante el resto de mi vida) es culpa mía. Solo soy una victima de las circunstancias.- Habiendo llegado el día del concierto, decidí reunir antes en mi casa a las criaturillas que habrían de acompañarme. Parecía un buen plan. Es decir, ¿qué podía salir mal? El concierto era a las 8, y el lugar queda a 15 minutos de casa. Todo indicaba que llegaríamos a tiempo.
Madre: Ya vayanse, ¿no se les hace tarde?
Yo: Nahhh, aún estamos a tiempo.
Tiempo después, ya en camino a tomar el camión:
Persona 1: ¡Mmmmm! ¡Pan! Podemos pasar por pan de muerto antes de ir?
Yo: Sí, claro, aún estamos a tiempo.
Llegando al lugar en cuestión:
Yo: Hemos llegado, pero la entrada debe ser por el otro lado. Habrá que darle toda la vuelta al foro por afuera.
Persona 2: ¿Qué? ¿Estás loco? ¡No lo vamos a lograr!
Yo: Nah, tranquila, estamos a tiempo.
En la entrada correcta:
Persona 3: Debemos buscar a persona 4. Debe estar por aquí, pero con tanta gente entrando no puedo ver ni escuchar nada.
Yo: Tranquila, hay que buscarlo. Después de todo, aún estamos a tiempo.
En el último retén antes de entrar, después de encontrar a persona 4:
Persona 2: ¡Ya son más de las 8! ¡Seguro ya empezó!
Yo: No, tranquila, estas cosas siempre empiezan tarde. Nunca he llegado tarde a un concierto, y esta vez no será la excepción. Confía en mí, aún estamos a tiempo.
Persona 2: Pero creo que debe... espera, yo conozco esa canción, ¡idiota, ya empezó!
Yo: Nah, tranquila, lo que pasa es que..... CORRAN, YA EMPEZÓ
Y eso fue lo que pasó. Persona 5 intenta culparme por una canción que escuchó en su pubertad y tardó la mitad de su vida en volver a encontrar, y que el pobre se perdió (junto con otras 6 canciones de las 9 que tocaron), pero le digo que sólo es un exagerado.
Fuera de ese ligerísimo percance, fue una gran noche. Cualquiera diría que esos tipos se salieron de 1975 sólo para venir y dar ese concierto. Ozzy es una auténtica farmacia ambulante de 10,000 años de edad, y aún así tiene más fuerza y vitalidad que yo o cualquiera de mis veinteañeros acompañantes. El hombre pasó todo el concierto corriendo, saltando, gateando y haciendo todas esas cosas que nadie en su sano juicio haría. Nunca. Conclusión: a partir de ahora desayunaré cabezas de murciélago.
También tuve la opción de ver de nuevo a Helloween (esta vez con Gamma Ray), pero no pude hacerlo, gracias a cierto caballero francés obsesionado con la historia de su país: Alexandre Dumas. Sí, se que es muy fácil echarle la culpa de todo a los muertos (especialmente a los que llevan casi siglo y medio estandolo) pero juro que está vez es cierto. Hace algún tiempo, en un remate de libro llevado a cabo en conocido landmark de la ciudad, me hice de varios libros de toda clase de temas a precios consistentes con mi situación socioeconómica. Hecho esto, me hice a mí mismo la promesa de leer todas y cada una de mis nuevas adquisiciones antes de seguir pidiendo crédito a cuenta de la herencia familiar que estoy seguro algún día se me hará llegar (y que espero tenga más de 7 cifras o estaré en problemas) para aumentar cada vez más mi colección. Desde entonces hasta hace un par de meses me dediqué a leer mis libros nuevos, dejando para el último aquel que, sin sospecharlo siquiera, llegaría a ser mi perdición: los tres mosqueteros.
En cuanto terminé de leerlo, la única estructura que quedaba en pie dentro de mi cabeza terminó por romperse. Enloquecí y me hice fanático del previamente referido monsieur Dumas y su d'Artagnan. En ese momento corrí a kiwipedia para saber más. Ya ahí, tuve exactamente la misma reacción que 10 años antes experimenté al leer en la última página de 20,000 leguas de viaje submarino: "las aventuras del capitán Nemo continúan en 'la isla misteriosa', de esta misma casa editorial"(estúpidas casas editoriales que se aprovechan de mi fragilidad mental para ganar dinero). Resultó que ese libro tenía no sólo una segunda parte, sino también una tercera. Y cómo podrán imaginarse, e̶n̶l̶o̶q̶u̶e̶c̶í̶ ̶e̶n̶ ̶e̶s̶e̶ ̶m̶i̶s̶m̶o̶ ̶m̶o̶m̶e̶n̶t̶o̶,̶ ̶e̶m̶p̶e̶c̶é ̶a̶ ̶c̶o̶r̶r̶e̶r̶ ̶e̶n̶ ̶c̶ír̶c̶u̶l̶o̶s̶ ̶y̶ ̶a̶ ̶g̶r̶i̶t̶a̶r̶ ̶'̶¡̶o̶h̶p̶o̶r̶D̶i̶o̶s̶o̶h̶p̶o̶r̶D̶i̶o̶s̶o̶h̶p̶o̶r̶D̶i̶o̶s̶n̶e̶c̶e̶s̶i̶t̶o̶e̶s̶o̶s̶l̶i̶b̶r̶o̶s̶rj̶u̶s̶t̶o̶a̶h̶o̶r̶a̶!̶̶ y̶ ̶'̶d̶e̶t̶e̶s̶t̶o̶c̶a̶d̶a̶s̶e̶g̶u̶n̶d̶o̶d̶e̶c̶a̶d̶a̶día̶q̶u̶e̶e̶s̶o̶s̶l̶i̶b̶r̶o̶s̶n̶o̶e̶s̶t̶án̶e̶n̶m̶i̶p̶o̶d̶e̶r̶ '̶ tomé las cosas con aplomo y prudencia:
Persona 2: ¿Y bien? ¿Ya ahorraste para el concierto de Helloween? Yo ya tengo mi boleto. Recuerda que solo quedan unas seman...
Yo. MIRA LO QUE ME ACABO DE COMPRAR. ENTRE ESTE LIBRO Y EL QUE ENCARGUÉ QUE VIENE EN 2 TOMOS DE 800 PÁGINAS Y AÚN NO TERMINO DE PAGAR SE ME HAN IDO TODOS MI AHORROS, PERO CREO QUE VALIÓ LA PENA. DESPUÉS DE TODO, NO HAY NADA QUE DEBA COMPRAR URGENTEMENTE, ¿CIERTO?
Persona 2: ...
Por eso y por una avería imprevista en mi compu que atentaba contra mi adicción a internet, fue que me perdí de Helloween. Lo cual es una verdadera pena, porque tocaron Power T_T. Habría sido hermoso estar ahí.
En fin, fuera de eso, solo me queda hablar de mi adicción a los torrents. Durante años vi cómo la gente de internet se regodeaba ante sus magníficos poderes, pero las pocas veces que intenté ser participe de su alegría, me convencí de que eran un fraude. Nunca pude descargar nada de nada. Nunca pasaba del 1%. Pero novio de Arena nos enseñó a Arena y a mi cómo abrir nuestros chakras... y de paso nos dijo como funcionan los torrents. Y la verdad es que son una autentica maravilla. Ahora siento que cada segundo que no estoy descargando algo es un segundo desperdiciado de mi vida.
Y... ¡lo logramos! Este fue nuestro resumen anual de 'la vida en verde olivo con manchas azabache'. Con un poco de suerte, podrán leer la próxima entrada a tiempo para la siguiente gran fecha del fin del mundo dada supuestamente por alguna de esas culturas milenarias que, al parecer, gustaban de predecir apocalipsises. Cuidense. Cualquier sugerencia, queja, amenaza de bomba, etc, haganmela llegar. No prometo leerla, pero saber que está ahí en mi bandeja de correo me hará sentir importante.
Adieu.
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